Siempre pensé que elegir el camino a seguir con el corazón era lo correcto. 

Intento ser correcta, ergo sigo pensando lo mismo..

Que caras más tristes!!!

Hoy me siento vacía. Nula, como una funda de almohada una vez la cambian por otra. Eso sí, mi destino no ha tomado este rumbo porque nadie me haya substituído, que podría ser.
Básicamente me he salido yo de mi almohada, y me he ido caminando cabizbaja hacia la cesta de la ropa sucia.
Supongo que ya llegará el día que pase por la lavadora, con la dosis exacta de jabón, suavizante, secado y el doblado ideal, lista de nuevo para enfundar esa u otra almohada. Seré de nuevo la mediadora de los sueños entre alguien y el cojín al que abrace con plácido deseo.

Pese a saber todo eso, hoy estoy vacía. Y quizás así, sin sueños ajenos, pueda saber quién soy.

OST: Nacho Umbert & la compañía – La verdad es que me da igual

Coordenadas, porfavor?

Es difícil encontrarse a uno mismo despues de tanto tiempo sin pensar en la situación actual. Y ahora que lo pienso, ¿que hay de necesario en saber dónde o a que nivel nos encontramos?. La gente práctica o científica nos darían varias respuestas aplastantes sobre esa pregunta. Pero era una pregunta retórica. (Es decir, me da igual.)
Yo ahora mismo, mirándolo desde un punto metafórico, creo que no puedo encontrarme. Estoy totalmente en armonía con todo lo que me rodea, puedo sentir la felicidad, el conformismo conmigo misma, y no con ello quiero decir que me conforme sin aspirar a más, sino que si no hay más pues tampoco lo necesito, soy feliz.
Vaya, creo que le doy demasiadas vueltas a mi propio ser. Pero, qué sería de mi ser sin el resto de las cosas?:
Sin la pasta con salsa de setas?
Sin el pan de corteza dura y sabrosa miga?
Sin la coca cola zero y las palomitas dulces?
Sin los reproductores de música portátiles y la discografía de los Beatles?
Sin la ropa con olor a suavizante y el edredón nórdico en invierno?
Sin confesores de pecados y oídos de pecadores?
Qué sería de mi en un mundo que no fuese el mío?
Y de tí en otro lugar?
Imagína no haber vivido todo eso que has vivido, y haber vivido en ese sueño? Seguirías deseando una vida mejor? Apuesto a que sí...
Dicen que las comparaciones no son buenas. Eso dicen. Pero si uno no está conforme y quiere lo que no puede obtener, porque no usar esa herramienta para rebajar su meta y así sentir la felicidad?

Felicidad... Cuáles seran sus malditas coordenadas?

|| pause

Nunca fuí buena terminando los proyectos personales. El pez que se muerde la cola, porque para terminar proyectos ajenos, primero tienes que tener como meta dedicarte a ello. El pez que se ha comido entero a si mismo, y ha implosionado en un universo infinito...

Creo que poco a poco va cambiando. Pero cambiar la esencia propia tampoco es algo natural, no? Qué nos queda, si hasta lo propio lo sustituímos por algo que quede bien delante de la sociedad del momento? Nos queda lo que hay... Basura social.

Yo no soy una "Neo-hippie", en realidad no soy muy buena ecologísta tampoco, lo reconozco. (Es uno de esos proyectos por terminar). Pero intento mantener mi integridad espiritual lo más natural posible. Lo consíga o no.

Hay pocas palabras que suenen mejor que "pureza", fuera de un contexto católico ortodoxo. En la pureza encontraré mi paz. Oh!



En fin. Voy a regresar a mi tarea...

Bailando con la fregona.

Supongo que será un sentimiento normal. Sin más vueltas de hoja.
De repente abres los ojos, y un día más, y vuelves a estar sola...
Te levantas y ves cómo te mira tu casa, con una energía demoledora, como pidiéndote a gritos que la tires abajo y la vuelvas a levantar de nuevo. Pero no es posible...
Para compensar, intentas limpiar las zonas de uso diario, hacer un par de lavadoras, y quitar un poco el polvo acumulado durante la semana y organizar un poco todo en general. Todo esto mientras suenan una serie de "discos favoritos".

Hoy estuve con el "Green Mind" de Dinosaur Jr. Pero quizás hubiese sido más conveniente escuchar algo de The Clash o David Bowie. Aún así terminaré bailando con la fregona mientras me imagino vestida de lentejuelas y altas plataformas.
El olor a productos químicos y el acompañamiento del rítmico sonido de la lavadora hacen de todo ello una especie de parodia que tan solo yo logro entender... No me hace falta ser comprendida en esos momentos. Últimamente suelo limpiar más por aburrimiento que por necesidad, que también. ¿Estaré entrando en el rol de Ama de Casa deprimente? Oh my f***ing God!

Es una gran satisfacción tomar asiento y aliento una vez has terminado la lista de tareas que te habías propuesto unas horas atrás. Cualquier cerveza o refrigerio en lata bien fría, un cigarrillo de liar, y una buena película... o un buen libro... o, por qué no, otro buen disco a modo relax. Y de pronto todas las preocupaciones personales pasan a otro nivel. Ahora ya si que todo me da igual.

Dolor de abdomen, te echo de menos.

Ahora que lo pienso, quizás tendría que haber hecho caso a mi profesor. Pero igual yo sería otra.
Así que mejor dejemos las cosas como son. Siempre puede ser peor...
Los chistes que me cuentan no me hacen gracia últimamente. ¿Debería ser diferente la gente tal vez? El sentido del humor es importante, transmitir poseerlo más.

Es simple, rápido, improvisado: una caída, un pequeño accidente o desgracia ajena, un animal que tiene movimientos extravagantes o alguien que baila de forma única... es muy fácil hacerme reír.
¿No será que estoy siendo demasiado exigente?

Había pensado actuar. Reírme a carcajada limpia cuando se dirigen a mi con un intento de comentario gracioso..., pero no es mi estilo. Una cara seria a tiempo evita muchos intentos de comentarios graciosos en vano. Es cansino.

Yo no debería de pensar así. Soy una tía ligera, amena. Con una risa sana las 24 horas del día. Estaré madurando. O a lo mejor el resto se está volviendo soso de cojones...

Creo que me voy a debatir con la almohada, hasta que me tape la boca, y me asfixie. Por pesada.

Mejor no. Voy a llamar a Groucho.

rutina

Del mismo modo que cae una hoja, o una mota de polvo, de algun lugar más alto, sin pensarlo... Del mismo modo pasa el metro por mi estación y no lo he podido coger.
Espero sentada mirando el reloj de mi parada, ese reloj digital que además de decirte el largo rato que vas a tener que estar ahí esperando, te dice lo tarde que es.
Mis pies duermen ya, los llevo arrastras. Mi cuerpo entero siente un dolor extraño. Ligero pero agudo y me impacienta. Me hace mirar más veces ese reloj, y desear que el 3 sea un 2, y el 1 un segundo, y estar de nuevo en el lugar donde empiezo el día todos los días de mi existencia.
Todo el mundo odia la rutina. ¿Y qué puedo hacer yo?